Page 45 - Lanzarotto Malocello de Italia a Canarias
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De Italia a Canarias 43
El misterio del navegante:
Lanzarotto malocello en el imaginario
colectivo
(lC uando se tienen pocas noticias de una perso-
na, se siente la necesidad de llenar el vado
dejado por esta existencia. A veces, una sola
palabra puede aclarar una idea y producir una re-
acci6n en cadena que incluso puede arrastrarnos
hasta lugares impensables que nunca habriamos
imaginado. Claro que los lugares no son sino pa-
labras.
La paradoja de la Historia, una de tantas, es
que se le puede atribuir hechos quizas a un empe-
rador romano, ya fuera del periodo de los lujos o Escudo de armas de la
incluso de la decadencia y a quien bien podriamos familia Malocello
escribir como si le pudiéramos aun interrogar; sin
embargo, sentimos esa sensaci6n de "vado" por un personaje que nos es
"mas cercano". En el caso de Lanzarotto Malocello, esta pequefia emoci6n
se convirti6 en una gran existencia. La vida de esta persona data del siglo
XIV, por lo cual podemos decir que tiene mil afios y mas aun con respecto
a la de cualquier emperador romano, y aun asi, en su caso, nos afelTamos
a este pequefio mosaico de noticias que aparecen aqui y alla, pedazos de
informaci6n y documentos notariales, procedentes de quién sabe qué ar-
chivo olvidado.
Ademas, es muy ci erto que trabajar sobre un dato poco corroborado
supone alterar la mente, de lo contrario tranquila y serena en una seguridad
y una estabilidad de hechos precisos y de noticias que a menudo pueden
mostrar excesiva una descripci6n, la trayectoria de una existencia.
En la inconsistencia de las noticias -parecera extrafio- pero tratamos de
mostrar también una cierta satisfacci6n porque no podremos contar con nada
mas aparte de este poco, y todo dependera de nosotros, esto es, de nuestra
capacidad para unir los fragmentos hallados, de definir el origen y el fin y,
en definitiva, de ampliar con conocimiento de causa estas noticias, hechos
que sucedieron del ante de nuestros ojos. Tratamos de cultivar todo aquello
que esté a nuestra disposici6n, de forma verdaderamente respetuosa y, como
es natural, después de haber incorporado este conjunto de acontecimientos
que ya se han convertido en patrimonio comun.