Page 241 - Conflitti Militari e Popolazioni Civili - Tomo I
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Consideraciones sobre la guerra de la independencia
española (1808-1814). La relación entre militares y
civiles en armas.
HuGO O´DONNELL
cuestiOnes terMinOlógicas
La llamada “Guerra de la Independencia” sorprende incluso por la propia denominación
que ha prevalecido y que constituye en nuestra opinión una incoherencia conceptual ya que
no existió una previa dependencia de Francia, como ocurrió con los territorios americanos
que accedieron casi contemporáneamente a la adquisición de su soberanía respecto a la me-
trópoli española.
La obsesión de José Bonaparte fue la de aparecer como defensor de la independencia y
de la integridad de España, y de hecho lo fue frente a las pretensiones anexionistas francesas
que, pese a todo, acabaron por convertir el 27 de enero de 1812 las cuatro provincias catala-
nas en las prefecturas francesas de Montserrat, Ter, Sègre y Bouches-de-l’Èbre.
Conocedor de los elementos disgregadores preexistentes, sorprenden su programa y sus
palabras publicados por el Moniteur Universal, diario oficial del gobierno francés, de gran
difusión en Francia y Europa, y también en América, controlado estrictamente por el propio
Napoleón: L’Espagne sera invincible, indépendante, dès le jour même où le Castillan, l’Ar-
ragonais, le Basque, le Catalan, oubliant chacun ses anciennes divisions et les dénomina-
tions qui les ont perpétuées, confondra son nom avec celui d’Espagnol .
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Mencionar a José, nos lleva a otra cuestión también terminológica. Joseph Bonaparte fue
ciertamente entronizado por Napoleón (6 de junio de 1808) tras una situación asombrosa de
“sede vacante”, producida tras las abdicaciones de Bayona. Su nombre hispanizado de José I
con el que reinó sólo fue reconocido por el Imperio francés y sus aliados; por lo que resulta
inapropiado que un sector de la historiografía universal e incluso española, siga intitulando
de esta forma a este usurpador. Con mayor motivo se debía llamar al archiduque Carlos de
Austria, pretendiente al trono español durante la Guerra de Sucesión, Carlos III, que con ese
nombre reinó, firmó y fue reconocido por sus parciales, y por fortuna no se hace.
Volviendo a la denominación de “Guerra de la Independencia”, el éxito del nombre rubri-
có en su momento el de los que en las tribunas o en las tertulias, en todo caso no en los cam-
pos de batalla, llevaron a cabo la transformación política aprovechando las circunstancias de
la guerra y la desvertebración del Antiguo Régimen. Señala Durántez Prados acertadamente:
La literatura y la historiografía nacionalista española de mediados del siglo XIX enlazaron
ambos factores -lucha por la libertad y contra el absolutismo, y lucha contra el opresor ex-
tranjero- y dieron carta de naturaleza, erróneamente y creyendo de buena fe dignificar de ese
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modo la heroica conducta del pueblo español, a la terminología “de la independencia”. .
1 Gazette Nationale ou Le Moniteur Universel (MU), 19 mai 1809.
2 Durántez Prados, Frigdiano Álvaro: No fue Guerra «de la Independencia». En «Mar Océano» Revista del