Page 250 - Conflitti Militari e Popolazioni Civili - Tomo I
P. 250
250 XXXIV Congresso della CommIssIone InternazIonale dI storIa mIlItare • CIHm
la efectividad de sus medidas cautelares y punitivas. Además, la guerrilla llegó a constituir
una puerta falsa de ingreso y de promoción al mundo militar que tuvo que ser aceptada por la
necesidad de conseguir un cierto acatamiento a las órdenes generales. De forma parecida a la
empleada por las juntas provinciales a la hora de otorgar patentes de oficiales en las fuerzas
por ellas reunidas, adoptaron muchas veces criterios de promoción entre los que el mérito o
la capacidad militar de los beneficiados no eran tomados en consideración. Este fenómeno
tan negativo para los objetivos militares también se detectaría al más alto nivel en la actua-
ción demagógica del gobierno nacional, atento más en muchas ocasiones a la reacción de
la ciudadanía y forasteros gaditanos que a las verdaderas necesidades tácticas. La unidades
regulares se resintieron consecuentemente en su moral: Las tropas que advierten esto, y la
indevida pridileccion que se hace de los Cuerpos menos arreglados y menos dispuestos con
olvido y menos precio de los mas acreditados, y de los oficiales mas despreciables y que ni
aun siquiera leér y escribir saven, con detrimento y agravio de otros venemeritos, pelean con
22
desaliento, trabajan con disgusto... .
Cuando uno de los más afamados y exitosos guerrilleros, Juan Martín Díez, «el Empeci-
nado» comenzó a disponer de un contingente muy superior a la partida que le había llevado
al éxito y en su condición de flamante brigadier, dejó de ser efectivo en opinión de muchos.
No supo sacar partido de una fuerza estimada en 3.000 infantes y 800 caballos y así lo expu-
sieron los representantes de Guadalajara a la Regencia en julio de 1812: no teniendo talento,
ni capacidad, si no para manejar 200, ó 300 caballos, y otros tantos infantes... las crecidas
fuerzas que despues ha querido manejar por un efecto de ambicion, solo han servido para
formar unas masas de hombres indisciplinados, que hubieran engruesado los Exercitos sin
el dolor de haberlos visto malogrados en sorpresas y ataques de ninguna prevision y cono-
cimiento. tildando de
masa y amalgamiento de hombres a estas fuerzas y señalando con desaliento que
hasta aqui la prudencia, y dissimulo del Govierno pasado no ha sido bastante para re-
mediarlos. .
23
Hemos de insistir una vez más en que Gobierno nacional estuvo más atento a la opinión
del ciudadano de Cádiz que a la de sus generales a los que sacrificó sin miramientos ana-
lizando en clave política y sin remordimientos el agrado con que la plebe «liberal» exigió
y aplaudió las injustas y demagógicas condenas por traición a los generales Jaime García
Conde y conde de Alacha, defensores - no geniales- pero sin posibilidades ni fortuna, de
Lérida (mayo 1810) y Tortosa (enero 1811) respectivamente. Modo político y oportunista de
actuar que había provocado ya la amarga queja de Castaños, el ensalzado vencedor en Bailén
que también se había visto acusado de traición al endosársele la responsabilidad de la retirada
ante los franceses en Tudela en 1808: ...los pueblos no respetan justicia ni gobierno, y ejecu-
tan escandalosamente cuantos excesos e insultos promueven algunos perversos tumultuarios
22 Expediente, abierto a instancias de los diputados en Cortes por la provincia de Guadalajara, sobre el
estado de sometimiento en que se encuentra la provincia por la ci¡onducta del Empecinado, situación ya
denunciada antes por el general en jefe del 2º Ejército, general Odonell, por el mariscal Bassecourt y el
comisario regio para este asunto Rafael Gutiérrez, entre otras personas. Cádiz, 13 de julio de 1812. Archivo
Histórico Nacional, Diversos- Colecciones,106, N.11.
23 Expediente, abierto a instancias de los diputados en Cortes... Cádiz, 14 de julio de 1812. Archivo Histórico
Nacional, Diversos- Colecciones,106, N.11.