Page 143 - Le Operazioni Interforze e Multinazionali nella Storia Militare - ACTA Tomo I
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cantidad de pertrechos, municiones y víveres para tres meses. Se designó jefe de la flota
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al marqués de Mari , mientras que las tropas expedicionarias se pusieron al mando del
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marqués de Lede .
A finales de junio zarpaba la flota en dos escuadras distanciadas unos días y se entre-
garon en alta mar las órdenes de tomar rumbo hacia Cerdeña. Una de las escuadras llegó
veinte días antes que la otra, efectuándose la conjunción a mediados de agosto en la
bahía de Cáller. Esta descoordinación producto de la meteorología adversa dio tiempo a
las fuerzas imperiales que defendían la plaza –casi todos exiliados españoles– a preparar
la defensa. El 22 de agosto, protegidas por varias galeras, las tropas desembarcaron en
una playa cercana a Cáller sin mucha oposición por parte de los imperiales. Con la pro-
tección de la flota y la continua llegada de suministros desde Barcelona, las operaciones
en tierra se desarrollaron con celeridad de forma que en poco más de dos meses la isla
de Cerdeña quedó en poder de Felipe V.
La conquista de Cerdeña animó al ya cardenal Alberoni a preparar una nueva expe-
dición contra Sicilia, en posesión del duque de Saboya. En el puerto de Barcelona se fue
concentrando una flota al mando de Antonio Gaztañeta compuesta de cinco escuadras
con cuarenta navíos de guerra y más de trescientos transportes con los que proyectar
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cerca de 30.000 hombres a las órdenes del marqués de Lede . Después de hacer escala en
Cáller, la expedición partió a finales de junio de 1718 para desembarcar en las proximi-
dades de Palermo. Al igual que Cerdeña, en Sicilia había muchos partidarios de los espa-
ñoles y el reino fue reducido en pocos días, exceptuando las plazas de Mesina, Milazzo
y Siracusa. Sin embargo, la Triple Alianza, sorprendida por el fulminante rearme naval
español y la agresiva política exterior llevada a cabo por Alberoni, autorizó a la flota
británica en el Mediterráneo a dar caza a la española que bloqueba Mesina. Sin mediar
declaración de guerra, el almirante Byng sorprendió a Gaztañeta en cabo Passaro (11 de
agosto) y dejó fuera de combate a más de la mitad de los navíos españoles. Por esas fe-
chas, Gran Bretaña, Francia, Austria y Saboya formalizaban una Cuádruple Alianza para
frenar el expansionismo español y retornar Cerdeña y Sicilia a sus propietarios, si bien
dichas islas serían intercambiadas entre el duque de Saboya y el emperador. A finales de
1718, Gran Bretaña declaraba la guerra a España, al igual que Francia a inicios del año
siguiente.
Mientras el conflicto bélico iba ganando en amplitud y extendiéndose a otros teatros
de operaciones, la fuerza expedicionaria española quedaba acorralada en Sicilia, tan sólo
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socorrida puntualmente por las galeras que rompían el bloqueo de la flota británica .
Aún así, las operaciones terrestres continuaron en la isla y el marqués de Lede consiguió
derrotar a los imperiales en la batalla de Francavilla aunque no pudo auxiliar la plaza
de Mesina. Sin embargo, el fracaso de la expedición española a Escocia y la invasión
francesa de Guipúzcoa y el Ampurdán obligó a Felipe V, después del cese de Alberoni,
a adherirse a la Cuádruple Alianza y evacuar sus tropas de Italia. La única ventaja que
1 Esteban Marí (1680-1742).
2 Juan Francisco de Bette (1672-1725).
3 Ver apéndice documental, nº 1.
4 Ver apéndice documental, nº 2.